Presentación

En primer lugar, me gustaría saludaros y daros la bienvenida a este nuevo canal de comunicación.
Mi nombre es Elena Cabeza y soy licenciada en Filología Hispánica, doctora en Lingüística Clínica y logopeda.
Me gustaría que este blog fuese un punto de encuentro para padres, profesores y personas interesadas en déficits lingüísticos, su evaluación y su intervención.
Llevo trabajando catorce años en el área clínica, en la detección, evaluación e intervención de alteraciones lingüísticas de todo tipo tanto en niños como en adultos.
Debido a mi formación en Filología conozco con profundidad los fundamentos del lenguaje y la Lingüística y en mi experiencia profesional he tenido acceso a la puesta en práctica de esos conocimientos teóricos para la detección y la reeducación de los déficits lingüísticos.
El objetivo de este blog va a ser el de proporcionar información acerca de qué son los déficits lingüísticos y cómo y cuándo se pueden detectar e intervenir. Asimismo publicaremos y daremos cuenta de noticias, personas y sucesos que tengan relación con el ámbito de la Lingüística Clínica.

sábado, 16 de febrero de 2013

Fundación LENA

La fundación LENA diseña herramientas para recoger, estimular y tratar el habla en período de desarrollo.
http://www.lenafoundation.org/#

Bebés bilingües aprenden sus gramáticas a partir de los siete meses de edad

Bilingual babies know their grammar by 7 months

Un nuevo estudio de la Universidad Británica de Columbia y la Universidad Descartes de París estima que los bebés, desde los 7 meses, pueden distinguir y empezar a aprender dos lenguas con estructuras gramaticales bastante diferentes.

jueves, 14 de febrero de 2013

Organización del prelenguaje en niños con necesidades educativas especiales


Michelle Turner explica cómo los bebés con retraso en el desarrollo del lenguaje pueden empezar a aprender esquemas de movimiento para hablar y otros hitos de desarrollo.

El grito

Los primeros sonidos emitidos por el niño no pueden calificarse como lingüísticos. En realidad, muchos de ellos solo pueden ser considerados como prelingüísticos porque se producen en una etapa anterior a sus primeros intentos lingüísticos. En consecuencia podemos hablar de tres fases sucesivas: el período del grito, el período del gorjeo y el primer lenguaje.

De éstos solo el primer lenguaje puede valorarse como lingüístico.

 Gritos de bebé

El grito es el primer sonido que emite el niño.
 
No tiene función ni intención comunicativa. Desde el momento del nacimiento, el niño grita o chilla por simple reflejo ante el comienzo de la respiración aérea que sustituye los intercambios de oxígeno anteriores dentro del útero materno.
Durante varias semanas, el grito constituye su única manifestación sonora, que no lingüística.
Esta producción de sonidos es casual pero pronto se convierte en un juego por parte del niño. Así consigue experimentación y fortalecimiento de los elementos fisiológicos que luego intervendrán en la articulación del lenguaje.
Aunque el grito no tiene valor lingüístico, en cuanto el niño descubre su influencia en el entorno se convierte para él en un instrumento de apelación más que de comunicación.
De todas formas, el grito del niño, incluso el grito intencionado, no puede considerarse como lenguaje, ya que no está constituido por elementos discretos.

 

miércoles, 13 de febrero de 2013

Noticias

Genetistas y especialistas médicos de Barcelona y de Bilbao han confirmado recientemente la existencia de 13 nuevos síndromes de origen genético desencadenantes de discapacidad intelectual en adultos, no descritos hasta la fecha en la literatura médica internacional.
Se descubren nuevos síndromes que causan discapacidad

Presentación

En primer lugar, me gustaría saludaros y daros la bienvenida a este nuevo canal de comunicación.
Mi nombre es Elena Cabeza y soy licenciada en Filología Hispánica, doctora en Lingüística Clínica y logopeda.
Me gustaría que este blog fuese un punto de encuentro para padres, profesores y personas interesadas en déficits lingüísticos, su evaluación y su intervención.
Llevo trabajando catorce años en el área clínica, en la detección, evaluación e intervención de alteraciones lingüísticas de todo tipo tanto en niños como en adultos.
Debido a mi formación en Filología conozco con profundidad los fundamentos del lenguaje y la Lingüística y en mi experiencia profesional he tenido acceso a la puesta en práctica de esos conocimientos teóricos para la detección y la reeducación de los déficits lingüísticos.
El objetivo de este blog va a ser el de proporcionar información acerca de qué son los déficits lingüísticos y cómo y cuándo se pueden detectar e intervenir. Asimismo publicaremos y daremos cuenta de noticias, personas y sucesos que tengan relación con el ámbito de la Lingüística Clínica.

martes, 12 de febrero de 2013

Objeto de la Lingüística Clínica




La aplicación fundamental de la Lingüística Clínica está asociada a la detección, descripción y evaluación de los déficits lingüísticos en edad infantil y también de las patologías lingüísticas en edad adulta.

Se preocupa directamente de aspectos relacionados con las alteraciones del lenguaje, desde un punto de vista descriptivo, identificando y dando sentido a los datos observados tanto en niños como adultos,

al tiempo que (...) proporciona al terapeuta una base, un marco de referencia, un conjunto de principio sistemáticos que le permita actuar con mayor seguridad a la hora de organizar la información, evaluar el comportamiento lingüístico del sujeto, priorizar objetivos o diseñar estrategias de intervención (Codesido1999: 197).

La materia que estudia es de naturaleza interdisciplinar, es decir, exige la colaboración de especialistas de otros ámbitos distintos de la Lingüística como la Logopedia, la Psicología, la Medicina o la Pedagogía.




El cultivo de la Lingüística Clínica exige la colaboración con especialistas de otras áreas para disponer de la perspectiva integral y de la multidimensionalidad que exige el respeto por fenómenos tan complejos como los patológicos que –por padecerlos- necesitan paliativos y curación (Fernández Pérez 1998: 415).